
El cáncer,
hasta el día hoy, continua siendo para los científicos una de las más
importantes asignaturas pendientes. Se han dedicado a su estudio enormes
cantidades de recursos sin apenas resultados terapéuticos.
Por ahora
sigue siendo la amenaza sanitaria más importante de nuestra época y la
enfermedad que más miedo nos provoca.
Pero, ¿qué es
el cáncer?
El cáncer
empieza en las células, las
cuales son las unidades básicas que forman los tejidos. Los tejidos forman los órganos del cuerpo.
Normalmente,
las células crecen y se dividen para formar nuevas células a medida que el
cuerpo las necesita. Cuando las células envejecen, mueren, y células nuevas las
reemplazan. Ahora bien, esta división de las células es un proceso que nuestro
cuerpo suele mantener muy bien controlado y regulado, para que las células se
dividan solamente cuando es necesario.
Algunas veces
este proceso ordenado se descontrola. En un momento determinado el cuerpo ve
como sus células, cada vez en mayor número, cambian de opinión y alteran su
comportamiento. Dan por terminada la actividad que tenían asignada al servicio
de un órgano determinado y, por lo tanto al servicio de un organismo mayor
(cuerpo) y empiezan a desarrollar objetivos propios. El crecimiento
descontrolado de las células hace que se forme una masa celular más o menos
compacta, a esta masa se la denomina tumor.
Cuando las
células que constituyen dicho tumor no poseen la capacidad de invadir y
destruir otros órganos, hablamos de tumores benignos. Pero cuando estas células
además de crecer sin control sufren nuevas alteraciones y adquieren la facultad
de invadir tejidos y órganos de alrededor se denomina tumor maligno o cáncer.
Por lo tanto,
cáncer, es el nombre que se da al crecimiento exagerado de un grupo de células
como consecuencia de haber perdido sus
mecanismos normales de control.
El cáncer se
origina a consecuencia de una tragedia personal, de un traumatismo emocional o
afectivo de alta intensidad que le pilla a la persona completamente
desprevenida y que, además, por su
educación, sus miedos, sus creencias, etc. no se permite expresar su
sufrimiento ni la pérdida de referencias, de ilusiones, de alegría que la vivencia
le ha producido; más bien, lo vive en aislamiento interior, lo guarda dentro de
sí, sin compartir con las personas de alrededor. Dicho traumatismo irá
afectando, poco a poco, toda la estructura psicológica de la persona y
perjudicará su capacidad de experimentar la alegría de vivir. El cáncer, por
tanto, representa la destrucción de nuestra estructura interior de equilibrio.
Obviamente, todo este proceso psicológico es inconsciente, soterrado e
indoloro, al menos al principio. En los primeros estadios, el enfermo no nota
nada porque no siente ningún dolor que le dé la alerta. El sentimiento que le
invade es la tristeza que, poco a poco y en silencio, va socavando y
destruyendo la consciencia y el cuerpo, pero no se ve desde fuera. Cuanto peor
es el estado general de la persona más fácilmente puede ser afectada. Por lo
tanto, para que se produzca la formación del cáncer, se han de dar estas tres
causas:
a) Haber
sufrido previamente un fuerte conflicto –separación de la pareja, muerte de un
ser querido, despido inesperado del trabajo, accidente, etc.
b) Que el
sistema inmunitario no funcione correctamente.
c) Que se
haya vivido en soledad.
La naturaleza
del conflicto emocional determina la localización del cáncer:
a) Cáncer de estómago: Algo no puede ser aceptado ni digerido. El enfermo se siente triste, amargado, angustiado y pierde interés por la vida porque siente que la gente lo lastima.
a) Cáncer de estómago: Algo no puede ser aceptado ni digerido. El enfermo se siente triste, amargado, angustiado y pierde interés por la vida porque siente que la gente lo lastima.
b) Cáncer del cuello del útero: Conflictos sexuales importantes con la pareja.
c) Cáncer de mama: Conflicto de rotura emocional con la pareja, con un hijo o con alguien al
que se considera como tal.
d) Cáncer de hueso: Conflicto de auto-devaluación, etc.
El tiempo del
desarrollo del cáncer según el Dr. Hamer:
a) Cáncer de bronquios: aproximadamente, 18 meses
b) Cáncer del
cuello del útero: 12 meses
c) Cáncer de ovarios: 5-8 meses
d) Cáncer del cuerpo del útero: 5-7 meses
e) Cáncer de
mama: 2-3 meses
f) Cáncer de pulmón: 7 meses
Transcurridos
estos plazos, el cáncer puede ser detectado en el cuerpo.
Como resumen
podríamos decir que el cáncer es producido por un bloqueo de las defensas
propias del cuerpo, como consecuencia de un conflicto psíquico. El cáncer se desarrolla mientras exista el
conflicto emocional. Por eso cuando la persona logra solucionar plenamente el
conflicto, tanto si ha sido consciente de la correlación como si no lo ha sido,
el cáncer queda inactivo y la persona recupera su salud. En caso contrario, el
organismo no podrá completar su trabajo de autosanación.
Características
afectivas y psicológicas de los enfermos de cáncer:
El enfermo de
cáncer padeció en su niñez falta de amor y de seguridad. Mantuvo relaciones
difíciles con uno de sus progenitores o con ambos. Guarda en lo más profundo de
sus entrañas un secreto doloroso que le corroe, una herida profunda que sufrió en su infancia en
aislamiento (carencia afectiva o rechazo) y que no puede o no quiere
cicatrizar. Vive acompañado de un gran sentimiento de culpabilidad por haber
albergado pensamientos de odio e ideas de venganza y es incapaz de perdonar y
de perdonarse. Inconscientemente, reprime su agresividad; encuentra excesivas
dificultades para dar rienda suelta a su energía creativa, para desarrollar y
mantener relaciones significativas y duraderas.
Tiende a
desarrollar sensaciones de soledad como resultado de que considera que su vida
está privada de afecto.
A menudo se
siente incapaz de resolver problemas emocionales profundamente arraigados.
Prefiere no ser consciente de su existencia.
Siente miedo.
Se asusta profundamente de los acontecimientos negativos. Cuando se enfrenta a
una experiencia traumática imprevista, reacciona adversamente y no puede
hacerle frente.
Tiene
dificultad para expresar su dolor interno. Tiene tendencia a sufrir en silencio,
por lo cual, no consigue un alivio a su situación. Tiene la sensación de que no
hay ninguna salida para sanar el dolor que está sintiendo.
Vive sumido
en un estado permanente de desesperación, tristeza, dolor, enfado y hostilidad;
aunque exteriormente los demás le consideran personas encantadoras, sosegadas,
agradables, serviciales y hasta simpáticas.
Su
conflicto más profundo es su falta de identidad. “No
soy quien quiero ser”.
Por
eso tiene la necesidad de causar siempre la mejor impresión a los otros. Para
él la apariencia es más importante que el Ser.
Por
eso no puede negarse, no sabe decir “no”, obedece sin rechistar y se somete a
las reglas y a las normas establecidas antes que expresarse tal como es.
El
afectado de cáncer no se puede considerar una persona religiosa en un sentido
profundo, a pesar de que muchos se aferran a costumbres o tradiciones religiosas, e incluso puede reprochar y rechazar
a Dios por lo que vivió.
No
acepta su enfermedad ni se enfrenta a ella desde un punto de vista espiritual;
más bien siente desesperación, impotencia y autocompasión ante un destino que
vive con resignación. Otros se preparan como para un combate y cooperan con su
médico sometiéndose, muchas veces, a tratamientos duros y peligrosos, amparándose
en su voluntad de vivir.
Debido a la
falta de fe que tiene en sí mismo, establece relaciones de dependencia con
otras personas o cosas, un trabajo, un matrimonio, una casa, un papel o rol significativo,
etc.
Si por
cualquier circunstancia –muerte, jubilación, separación, traslado,-esta
relación se rompe, el enfermo se siente desamparado, se rinde y se ve a sí
mismo como víctima. ¿Qué es lo que no quiere ver morir? (vejez, trabajo...)
Incapaz de
enfrentarse a semejante conflicto entra en un estado de desesperación que le
hace perder el sentido y la conexión con la vida, haciendo fértil el terreno
para el tumor.
El cáncer es
como un auto castigo que se antoja definitivo, una prueba inconsciente de su
fracaso en la vida.
Recomendaciones
para recuperar la salud física, emocional y espiritual:...
CONOCERNOS ¿qué nos quiere decir el cuerpo con la
enfermedad?
Joman Romero