Las enfermedades son una
tentativa de autocuración, una reacción biológica de supervivencia frente a un
acontecimiento emocionalmente incontrolable, de manera que cualquier órgano
dañado corresponde a un sentimiento preciso y tiene una relación directa con
las emociones y los pensamientos.
Junto al doctor Philippe Levy, Flèche creó nuevos
protocolos para organizar un método de diagnóstico original emocional y una
nueva forma de terapia breve que busca en las emociones el origen y la solución
a las enfermedades.
El cuerpo es nuestra herramienta de curación?
Yo era enfermero en un hospital de Normandía y observe que pacientes con la
misma enfermedad, tratamiento y doctor evolucionaban de manera muy diferente.
Bueno, cada uno es cada cual...
Exacto, mi hipótesis es que las enfermedades son una metáfora de las
necesidades físicas y emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución
exterior a esa necesidad, hay una solución interior.
¿Eso es para usted la enfermedad?
Sí, una solución de adaptación. Cada órgano del cuerpo quiere satisfacer su
propia función, es decir, atrapar oxígeno, alimentos... Si el cuerpo quiere
comer, pero en el exterior hay guerra y no lo consigue en un plazo razonable,
se produce un shock.
¿Nace el conflicto?
Sí, el inconsciente inventa una vía suplementaria de supervivencia: un síntoma,
que es una solución o una tentativa de solución inconsciente e involuntaria a
ese shock vivido. En ese caso, el miedo a morir de inanición atacaría el
hígado.
Póngame otro ejemplo.
Una persona que siempre tiene prisa puede desarrollar un nódulo en el tiroides,
que envía más tiroxina y aumenta el metabolismo del cuerpo, eso la hará más
rápida.
Pero tener prisa es psicológico.
Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos, de los captadores
neurovegetativos que vienen del interior del cuerpo, lo que pensamos o
imaginamos, se traduce en realidad biológica.
¿Y provoca un síntoma?
Si no hay una solución concreta y consciente, sí. De manera que si escuchamos
algo muy desagradable que nos afecta podemos tener acidez de estómago. Y hay
algo muy importante que tener en cuenta.
Dígame.
El cerebro no distingue entre lo real o lo imaginario. Un trozo de limón en la
boca o la idea de un trozo de limón en la boca provocan la misma salivación. En
función del sentimiento particular, el shock afecta a una zona precisa del
cerebro, visible por el escáner, a un órgano y a una realidad energética.
¿Realidad energética?
Somos una unidad compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica,
cerebral, psíquica y energética. No hay ni una sola célula del cuerpo que
escape al control del cerebro, y este no escapa al control del pensamiento,
consciente o inconsciente; de manera que ni una célula del cuerpo escapa al
psiquismo. Un shock siempre va acompañado de un sentimiento personal que
repercute en los cuatro niveles biológicos.
¿Y es irreversible?
Cuando encontramos la solución esos cuatro niveles sanan simultáneamente. Una
paciente tenía dolor en el hombro. "¿Desde cuándo?", le pregunté.
"La primera vez estabas sola con mis hijos" "Si estas con tus
hijos, no estás sola, ¿quién falta?" "Mi marido que nunca está, yo
necesito estar arropada". Cuando lo reconoció, el dolor desapareció.
A lo largo de un día no satisfacemos todas nuestras
necesidades fundamentales.
Cuando no las satisfacemos, nace una emoción. Si esa emoción se libera en el
exterior bajo una forma artística, a través de la palabra, el baile o los
sueños... todo va bien. Cuando el acontecimiento no está expresado, queda
impreso y el cuerpo será el último teatro de ese evento.
¿Todo conflicto provoca
enfermedad?
No, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin
solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a
través de la biología.
¿Distintas emociones corresponden a distintos órganos
del cuerpo?
Sí, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de
separación; el esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a
conflictos de territorio. Para las mujeres diestras, problemas en el seno y
hombro izquierdos corresponden a problemas con los hijos y viceversa para las
zurdas; los desajustes en el seno y hombro derechos corresponden para las
diestras a problemas con la pareja y viceversa.
¿Estómago e intestino?
No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se tiene corresponde al
duodeno y estómago. El colon corresponde a un conflicto asqueroso, podrido. En
el recto están los problemas de identidad: "No me respetan y me dejan de
lado". Los riñones es la pérdida de puntos de referencia. Los huesos:
grave conflicto de desvalorización...
¿Lo adecuado para estar sano?
Revalorizar las emociones, ser consciente de las emociones y expresarlas, es
decir: bailar más a menudo. La gente está mucho tiempo en lo emocional pero son
emociones procuradas: fútbol, cine... Un malestar compartido disminuye a la
mitad, continúa compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad
compartida se multiplica por dos.
La ira y la violencia se expresan a sus anchas.
Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la descarga enfadándose con su
mujer. Cuando estamos en contacto con la emoción auténtica, se transforma;
cuando lo estamos con la emoción de superficie, no hay cambio. Si el hombre se
dice: "Lo que tengo es miedo", su miedo disminuye a la mitad. Hay que
tomar conciencia de uno mismo.
Ckristian Fleche
Si deseas saber más acerca del origen emocional de las enfermedades consulta mi libro CONOCERNOS ¿qué nos quiere decir el cuerpo con la enfermedad?