Alteración de la conciencia, la
percepción y la conducta que se caracteriza por sentimientos de tristeza,
descorazonamiento y apatía. Está ligada a un drama personal ya sea este
consciente o inconsciente.
La depresión frecuentemente se
relaciona con el hecho de quererse “quitar la presión” de los dramas con los
que cargamos en nuestra vida, por eso hacemos una –de- presión. Es la
manifestación pasiva de la agresividad no expresada hacia uno mismo.
Conflicto de identidad más conflicto
de territorio, desvalorización y culpabilidad. En algunas mujeres, conflicto de
frustración sexual enmascarada, en el que la sexualidad es vivida como un
territorio, “es mío”.
Se manifiesta cuando una persona sufre
dos conflictos muy importantes. Por un lado padece un conflicto de identidad o
no reconocimiento y al mismo tiempo sufre un conflicto de contrariedad en el
territorio. La persona se encuentra detenida, inmovilizada, por su incapacidad
para tomar decisiones. El sentido biológico de la depresión es el de dejarla
paralizada, en espera, para darle tiempo a tomar las decisiones que necesita,
para reencontrarse y emprender de nuevo su camino. Ejemplo: la señora X ha
perdido la identidad, como madre, ante sus hijas. Se han rebelado, le faltan al
respeto, no la tienen en cuenta y no la reconocen. Por su parte, su marido, es
el que organiza su territorio, en todos los aspectos y la subestima.
Depresión endógena:
Su causa puede hallarse en historias relacionadas con el clan o de proyecto
sentido, duelos no realizados, responsabilidades sobre dramas no asumidas.
Pérdidas económicas, dramas amorosos, muertes, abandonos, etc.
Depresión reactiva:
Surge como consecuencia de un hecho traumático preciso. Las personas que sufren
esta depresión se desvalorizan de gran manera. El conflicto está bastante claro
pues aparecen los síntomas en los seis meses posteriores al gran shock.
Depresión post-parto: En
el momento del parto pasamos de mujer a madre. Perdemos un tipo de vida, a la vez que afrontamos una tarea
nueva que puede asustarnos y desvalorizarnos.
Conflicto de separación con nuestra
madre y conflicto de sentirnos desprotegida. Generamos un miedo a nuestro nuevo
rol. Seguramente tengamos algo pendiente con nuestra madre o contra nuestro
padre, que no se sintieron capaces en su momento o, tal vez, nos sintamos
separada de ellos.
Del mismo modo, la ilusión por el
mañana, la esperanza de un futuro prometedor, el entusiasmo por todas las
grandes cosas que aún están por llegar...dinero, poder, felicidad, etc.;
alcanzar todo esto, nos motiva
enormemente.
El presente es miserable pero lo
desterramos y nos olvidamos de él gracias a los sueños que tenemos depositados
en el mañana, todos nuestros anhelos se colmarán en el futuro. Pero, pasa el
tiempo y la realización de nuestros sueños nunca se hace realidad.
¡Nos sentimos desesperados y
desesperanzados!
La ilusión nos motivaba, pero ahora
nos hemos quedado sin fuerzas.
La depresión es un estado de
agotamiento energético. Hemos perdido el sentido de la vida, no aceptamos el
presente ni nuestras condiciones de vida; nos auto culpamos o culpamos a algo o a alguien, juzgamos y
criticamos.
Estamos motivados por la negatividad,
que mina aún más nuestras energías.
Nuestra capacidad para reír ha
desaparecido, sentimos falta de amor y de autoestima, hemos perdido interés por
el trabajo, las relaciones, la comida, el sexo, las aficiones, etc.; por todo
lo que nos rodea. Ni siquiera podemos dormir.
Rechazamos nuestras responsabilidades,
nos escondemos ante los deberes y las dificultades, porque nos sentimos
impotentes e incapaces de tomar decisiones, de movernos o de actuar y además,
no queremos pedir ayuda ni queremos ayudarnos; preferimos que sean las
circunstancias o los demás quienes cambien. Sólo nos apetece dormir y no hacer
nada. Nos declaramos en huelga de la vida.
Éste estado de desesperación se puede
manifestar en individuos materialistas que han estado durante la mayor parte de
su vida persiguiendo logros materiales, que han conseguido todo lo alcanzable,
pero ahora no pueden disfrutar de nada porque en el afán de acaparar riqueza,
poder, reconocimiento, etc. se han perdido a sí mismos y no tienen ninguna razón
por la que vivir, interiormente se sienten vacíos.
También pueden caer en una depresión
profunda, aquellas personas que tuvieron durante la niñez algún conflicto con
su progenitor de sexo contrario. De algún modo han podido sentir el rechazo, el
abandono, la humillación, la traición o haber sido tratado con indiferencia o
falta de respecto por parte del padre o de la madre y aún conserva en su
interior, el dolor, el rencor y sobre todo la ira, que le produjo ese hecho.
Como se siente impotente para expresar
la ira por miedo a perder el apoyo y el amor, ahora se mueve dentro de esta
negatividad y la única alternativa que encuentra es proyectarla en su cónyuge.
Recomendaciones para recuperar la
salud física, emocional y espiritual:...
CONOCERNOS ¿qué nos quiere decir el cuerpo con la
enfermedad?
No lo has podido explicar mejor Joman, yo la sufrí durante una época mientras estaba en la facultad y no me costó la carrera porque gracias a Dios conocía a la mujer que a día de hoy es mi esposa, sino nunca se sabe donde te puede llevar... Un saludo
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