Término
que designa el temor ante un peligro que se avecina, ya sea éste real o
imaginado. Sensación de miedo al futuro, a lo que puede venir o pasar, por
falta de control de éste.
La
angustia es un miedo sin motivo aparente que se manifiesta en aquellas personas
que desconfían del proceso de la vida. El angustiado es rodeado por una nube de
miedo que le aísla, le limita y le provoca un sentimiento de separación.
Conflicto
de desvalorización, limitación, impotencia e incapacidad para afrontar
algo. En realidad la angustia es un
síntoma que esconde otra emoción, otro conflicto realmente importante pero que
no ha salido a la superficie y es el que debemos buscar. Intentar solucionar la
angustia como si se tratase de una enfermedad no sirve para nada.
La
palabra “angustia” de angosto, significa estrechez, falta de amplitud. Las
causas externas que con mayor frecuencia se consideran como desencadenantes de la
angustia son: el abandono, la soledad, el fracaso, el rechazo, la guerra, etc.;
pero sin lugar a dudas, la verdadera causa se encuentra en la personalidad, en
la cerrazón mental, en la falta de amplitud del pensamiento, en la incapacidad
de vivir desde el centro emocional cualquier cosa que esté ocurriendo, en un
sentimiento de separación exagerado.
La
angustia en el ser humano denota una falta de confianza, (por eso tiene la
tendencia a retroceder cuando se le presenta un obstáculo), de valoración, de autoestima
y de amor a sí mismo. En algunos casos, la angustia delata un egoísmo
exacerbado.
CONOCERNOS ¿qué nos quiere decir el cuerpo con la
enfermedad?
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