ESTRUCTURA FRACCIONADA (miedo a vivir en el mundo físico)

CREACIÓN DEL EGO:

La palabra «huidizo» hace referencia a una persona que tiene disminuido el sentido del yo, cuyo ego es débil y su contacto con su cuerpo y sus sentimientos es muy reducido.

La actitud inconsciente de la persona con estructura de carácter fraccionado es la de rechazar su actual encarnación.

Viene con una tendencia extraordinaria al aislamiento y un sentimiento de enajenación.

Lo demuestra su poco interés por integrarse en el mundo físico, su falta de acción y escasas relaciones y por huir de él a través de los sueños o mediante la actividad intelectual.

El individuo que adopta esta pauta de comportamiento lo hace como consecuencia del temor que siente a vivir en la dimensión del mundo físico.

Con su comportamiento inconsciente lo que está queriendo expresar es: «Yo no estoy aquí, existir significa morir».

VIVENCIAS DE OTRAS VIDAS QUE TRAE EN SU MEMORIA:

El trauma que da origen a esta estructura procede absolutamente de experiencias dramáticas ocurridas en vidas pasadas.

Aunque, como siempre, en cada estructura de carácter habrá algunas vivencias que se manifestarán durante la infancia de la vida actual y que no hacen sino recordar o revivir experiencias similares en otra vida.

La experiencia traumática que está en el origen se estableció en vivencias terribles y muy dolorosas que estas personas sufrieron en su cuerpo y que, en aquellos momentos, no tuvieron la capacidad de integrar.

Generalmente, se trata de personas sometidas a torturas físicas, malos tratos u otros tipos de abusos que, en ocasiones, les han hecho perder la razón o, incluso, han podido causarles la muerte.

Para poder soportar el terrible dolor físico al que fueron sometidos aprendieron inconscientemente a ausentarse del momento presente.

Es como una técnica que utilizaron para escapar del cuerpo, de las sensaciones del mundo físico y retirarse a otras dimensiones superiores con el fin de poder contrarrestar tan enorme padecimiento.

Su cuerpo está presente, pero su conciencia huye, se marcha a otro lugar más tranquilo y placentero.

Esta forma de comportarse cuando se siente amenazado es la que ocasiona la fragmentación del Ser, la separación de su cuerpo, de las sensaciones y le impide permanecer conscientemente aquí y ahora.

Ante los recuerdos aterradores de las experiencias vividas muestran una gran resistencia a reencarnarse en otro cuerpo para regresar a la tierra y continuar su camino de regreso al Ser.

En vista de lo ocurrido, están convencidos de que el mundo no es un lugar seguro y que los seres humanos son peligrosos.

Por supuesto que esta decisión del ego, del rechazo y la resistencia a participar de nuevo en el mundo físico no le afectan al Ser, que será quien decida cuál será el mejor momento para regresar de nuevo a la tierra e intentar integrar en su conciencia el dolor sufrido en la vida anterior.

No obstante, encontrará una enorme resistencia en el nuevo ego, basada en una angustia existencial profunda y permanente, de la que la persona no es consciente, ya que el rechazo hacia el mundo físico conlleva un rechazo a sentir.

Pero sí está presente en el inconsciente originando un gran estrés, como consecuencia de su profundo miedo a vivir en un cuerpo físico.

Con este sentimiento firmemente arraigado en su interior vienen estas personas a vivir en el mundo físico.

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Imagen extraída del libro Manos que Curan

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