
En lo que concierne al concepto de mí mismo, al principio yo me vivía como una unidad aislada, una unidad que tenía que defenderse y movilizarse en relación a los demás.
Pero, a medida que yo voy descubriendo más y más mi modo auténtico de funcionar, a medida que voy descubriendo el origen central de todo lo que constituye mi valor, mi realidad, descubro también que los demás son igual que yo, que viven exactamente como yo y participan de lo mismo que yo participo.
Compruebo que, lo sepa o no, hay una comunión de mí con todos los demás.
Yo, en tanto que materia de cuerpo físico, estoy en el mismo proceso de todas las materias físicas, de todos los cuerpos.
Todos participamos del mismo aspecto material, físico; básicamente todos tenemos la misma substancia, la misma materia, la cual está en un proceso constante de intercambio con la naturaleza.
Mi cuerpo, junto con los cuerpos de todas las demás personas, se está renovando constantemente en un proceso dinámico de toda la naturaleza.
Mi cuerpo y todos los cuerpos forman un proceso dinámico de renovación.
Antonio Blay Fontcuberta
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